Señores, esto es con ellas. Sí, sí, con todas las que dicen llevar las cuentas del hogar.
Es curioso. Hace unos días leí que la palabra economía fue utilizada por Aristóteles alrededor del año 350 antes de Cristo para referirse a la “ciencia de la administración doméstica”. Así que podríamos pensar que las primeras expertas en el arte de manejar el dinero son las mujeres, no los hombres, y no creo que ninguno se atreva a poner en duda que desde la época romana culturalmente son ellas y no ellos las que reciben un intensivo entrenamiento en aquello de hacer rendir el dinero en casa y pagar así todas las cuentas.
Hey chicas! Pero no pongan esa cara de orgullo, ni nos miren por encima del hombro. También tuve el honor de escuchar una de las lecciones de finanzas más reveladora y angustiante que se haya dado. Fue cuando la muy calificada profesora Rosa María Rey se dirigió en exclusiva a las mujeres de su auditorio. “Ustedes son unos genios a la hora de gastar de forma eficiente el dinero, pero no quieren aprender a invertir”. Rey apuntó que se salvan en muchos casos las divorciadas, eso sí, lo hacen porque no tienen más remedio.
Quizás la académica fue muy dura. Pero hace poco me topé con un estudio que elaboró The Economist junto a la división Barclays Wealth, adscrita al banco británico que lleva el mismo nombre, en el que también demostraban lo cautelosas (la palabra es miedosa, pero bueno…) que son las mujeres al poner en riesgo el dinero. El informe concluyó que ellas no invierten en una propuesta sino están muy bien informadas o comprenden perfectamente todos los riesgos. Es decir, en pleno siglo XXI, el viejo estereotipo de que las mujeres son más intuitivas y los hombres más calculadores se ha roto. Adiós a la inteligencia emocional.
Es posible que hoy ese sea el secreto del éxito para muchas mujeres en el mundo financiero, pero antes de pensar que usted va bien porque asume cada vez menos riesgos con su dinero, sincérese. Llegó la hora de que se pregunte sí realmente está planificando su futuro económico o este mes, sólo se dedica a calcular cuánto gastará en la lista de útiles escolares.
Tampoco intento sugerir aquí que de ahora en adelante solo se ocupe de proyectos a largo plazo y abandone su eficiente rol como administradora del hogar. Sólo responda las mismas preguntas que hizo la profesora Rey. ¿Se involucró usted en la compra del último carro, investigó también cual sería el mejor televisor o es de las que también prefirió esperar hasta tener el visto bueno de su padre y de su hermano antes de invertir en un apartamento?
Las recomendaciones en materia de inversiones son comunes para hombres y mujeres: hay que comenzar a invertir cuanto antes, comprender el funcionamiento del mercado y para cumplir con esos objetivos, comenzar un ritmo de ahorro constante. En fin, es urgente tomar las riendas de su futuro financiero.
No soy un fanático de ahorrar para siempre, ya que la economia es tan volátil e inflacionaria, el mejor negocio será acumular dinero para dar pasos de inversión específicos, así que considero vital que cada una haga este ejercicio. Regrese cada vez que pueda a las preguntas de la profesora Rey.
Mientras tanto, le comento una buena y una mala noticia. Cuando los británicos preguntaron ¿cuál fue su comportamiento a la hora de invertir? Quedó claro que las mujeres invierten menos en productos financieros de alto riesgo como los private equity o hedge funds. Pero lo mejor es que más mujeres que hombres apostaron por los bienes inmuebles y la jugada ha sido rentable. Al menos el estudio demostró que 20% de ellas encontraron una importante fuente de riqueza con estas inversiones.
Eso sí, el Women´s Institute for Secure Retirement dijo hace poco que las jubiladas reciben la mitad de la pensión de los hombres en Inglaterra; y lo común entre ellas es que no tienen una buena situación financiera a esa edad. Así que la cosa es urgente. No espere más para destruir esa terrible conclusión adherida a la estadística que dice: “las mujeres invierten mucho menos que los hombres”.